Gestión Orientada a Soluciones: Evita Decisiones Ciegas
Entiende por qué las decisiones tomadas sin conocimiento del problema son uno de los mayores villanos invisibles y cómo la gestión orientada a soluciones reduce riesgos al priorizar entendimiento antes de ejecución.
Sapiens IT Team
Escrito por ingenieros que construyen antes de escribir.
Gestión Orientada a Soluciones: Evita Decisiones Ciegas
“¿Quién es el principal villano de tu empresa?” Esa fue la pregunta que hicimos a uno de nuestros clientes.
Las respuestas giraron en torno a frameworks, lenguajes de programación, arquitecturas de software, patrones de código y formas de disponibilización de la aplicación. Pero todo eso eran solo síntomas que aparecieron con el tiempo.
El punto central no estaba en las herramientas o en los métodos, sino en el por qué.
¿Por qué se tomó esa decisión? ¿Por qué algo se definió de esa manera? ¿Por qué otra cosa se dejó de lado? ¿Por qué surgió una nueva prioridad?
Entender los porqués evita que las decisiones sean cuestionadas después.
El problema de las decisiones sin contexto
Las mejoras técnicas, los nuevos patrones de programación y las nuevas herramientas surgen todo el tiempo, pero decidir cuál usar, cuándo usar y principalmente por qué usar será determinante para el éxito de tu negocio.
Las decisiones tomadas sin conocimiento del problema son uno de los mayores villanos invisibles. Cuando se lidera un equipo en entornos de alta complejidad, no poseer el entendimiento básico necesario crea un camino sin vuelta que puede llevar al equipo y a la empresa al fracaso.
Surgen cuando las elecciones son guiadas por:
- Urgencia — presión por resultados inmediatos
- Moda — seguir tendencias sin evaluar necesidad real
- Intuición — confiar solo en “feeling” sin datos concretos
Y no por entendimiento del contexto.
Un ejemplo real: microsservicios sin necesidad
Un ejemplo simple ocurre cuando una empresa decide adoptar microsservicios solo porque esa arquitectura está de moda.
La decisión se toma sin evaluar:
- Madurez del equipo
- Necesidad real de escalabilidad
- Complejidad del dominio
Meses después surgen síntomas claros:
- Dependencias entre servicios que dificultan el funcionamiento
- Aumento de infraestructura para mantener procesos simples funcionando
- Costos de nube que crecen rápidamente
- Pérdida de visibilidad sobre el sistema como un todo
Lo que antes era directo se vuelve caro, lento y difícil de controlar.
Las consecuencias en cascada
La empresa pasa entonces a lidiar con:
- Incidentes constantes — flujos que se rompen sin causa aparente
- Ecosistema fragmentado — exige más procesos de los planeados
- Complejidad en seguridad — cada servicio necesita políticas propias, controles de acceso separados y capas adicionales de protección
- Infraestructura fragmentada — múltiples puntos de configuración, permisos duplicados y dependencias que necesitan mantenerse sincronizadas
- Sobrecarga operacional — nuevos pipelines, monitoreo multiplicado y equipos gastando tiempo coordinando cambios en vez de entregar valor
Cada ajuste simple pasa a exigir:
- Verificaciones entre servicios
- Compatibilidad entre versiones
- Pruebas distribuidas que reducen drásticamente la velocidad de entrega
La solución: revisar la causa
La solución comienza cuando la causa es revisitada.
La arquitectura es reevaluada con foco en el problema original, identificando:
- Qué servicios realmente justifican independencia
- Cuáles pueden ser consolidados
- Dónde las interfaces pueden ser estandarizadas
- Cómo las integraciones pueden ser simplificadas
- Dónde el exceso de fragmentación puede ser reducido
La revisión también:
- Unifica políticas de seguridad
- Organiza identidades
- Alivia la complejidad de infraestructura
Al recuperar claridad y disminuir la sobrecarga operacional, la empresa retoma control, reduce costos y devuelve al equipo la capacidad de evolucionar el producto sin quedar atrapada en las complicaciones creadas por una decisión mal fundamentada.
Gestión orientada a soluciones
La gestión orientada a soluciones reduce estos riesgos al priorizar entendimiento antes de ejecución.
Exige que cada decisión sea acompañada de:
- Propósito — ¿qué problema estamos resolviendo?
- Impacto esperado — ¿qué cambiará con esta decisión?
- Criterios de validación — ¿cómo sabremos si funcionó?
Cuando gestores y desarrolladores actúan con claridad sobre el problema que están resolviendo, el equipo:
- Elige tecnologías con más precisión
- Reduce desperdicios
- Crea una base sostenible para evolucionar el producto con seguridad
Conclusión
Al final, el verdadero villano no es la herramienta, el lenguaje o el patrón de arquitectura, sino la falta de conocimiento que orienta las decisiones.
Al reforzar una cultura en que cada elección es:
- Justificada — con propósito claro
- Revisada — con criterios de validación
- Conectada al objetivo del negocio — alineada con la estrategia
Las empresas pasan a construir soluciones con más consistencia y previsibilidad. Esto fortalece el equipo, reduce retrabajo y prepara la organización para crecer de forma saludable.
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Escrito por el equipo Sapiens IT — ingenieros que construyen antes de escribir.